Una de las principales aplicaciones de la tecnología de impresión en 3D, como hemos explicado varias veces en este blog, es en el sector edilicio. Hoy en día se pueden realizar edificios enteros por medio de impresoras 3D, pero una rama muy interesante de este sector tiene que ver con la construcción de puentes por medio de esta técnica, que se ha aprovechado ya en varias ciudades europeas. Hace dos años más o menos, en este mismo blog, hablamos de como se construyó el primer puente por medio de la impresión 3D en Ámsterdam, que tendría que inaugurarse este año. Al parecer, no será en único ejemplo en Europa porque en Alcobendas, municipio al norte de Madrid, se acaba de inaugurar el primer puente peatonal del mundo construido mediante la impresión en tres dimensiones.
El puente se instaló en el parque Castilla-La Mancha y se inauguró hace unas semanas. El proyecto fue diseñado por el Instituto de Arquitectura Avanzada de Cataluña (IAAC). Arquitectos e ingenieros mecánicos trabajaron en equipo para realizar una construcción de vanguardia, siendo el primer puente en todo el mundo que ya tiene un uso real y a disposición del público. El proyecto fue ejecutado por Acciona, una sociedad que se ocupa de ingeniería civil y que utilizó la técnología d ella impresión en 3D para construir el puente del parque Castilla-La Mancha.
El puente se ha realizado en hormigón y mide doce metros de longitud por un metro y setenta y cinco de ancho: es decir lo suficiente para que puedan pasear dos personas a la vez e incluso para las bicicletas que quieren cruzar el pequeño curso de agua que hay en el parque. Para montarlo fueron necesarios ocho piezas separadas que encajando entre sí formaron una construcción única. Más allá de la particularidad de la técnica utilizada, hay que destacar otro dato muy importante: la construcción del puente no supuso ningún coste para la ciudad de Alcobendas. Esto fue posible gracias al empleo de la impresión 3D y de materiales reciclados. En efecto, se llevó a cabo por medio de técnicas de arquitectura orgánica y biomimética y buscando que la apariencia del puente fuese lo más similar posible a las formas de la naturaleza.
En suma, se estudió un plan muy concreto para lograr un ahorro de recursos y de energía, además del respeto por el medio ambiente. Aspectos que enorgullecen la ciudad de Alcobendas y sus habitantes, y que la hacen la primera ciudad al mundo en tener un puente realizado así y que todo el mundo puede utilizar. Sobre todo esta es otro éxito para el mundo de la impresión en 3D, una técnica innovadora que sigue desarrollándose cada día más y que se puede aprovechar en los ámbitos más distintos: del sector de las construcciones, al mundo de la medicina e incluso los satélites, como hemos visto. Todo esto por costes cada vez más reducidos, plazos de producción más rápidos y mejor calidad.
La impresión 3D demuestra otra vez que es versátil, práctica y económica y por ello creemos que en los próximos años se empleará mucho más.