¿Qué ocurriría si todos los carteles publicitarios de vuestra ciudad fueran sustituidos por obras de arte? ¿Cómo viviríamos en una ciudad cubierta cuyos palacios están recubiertos por piezas de arte en lugar de publicidad invasiva? “La belleza salvará al mundo” afirma el príncipe Miškin en El idiota de Dostoevskij y la start-up Ôboem de Burdeos parece haber tomado esta cita muy en serio. Su proyecto es muy sencillo: poner obras de arte en lugar de carteles y vallas publicitarias para difundir belleza en la monotonía de los centros urbanos; en efecto, el eslogan de su sitio web es La ville est ce qu’on fait d’elle (La ciudad es lo que hacemos de ella). Así nació Ôboem, el proyecto de una plataforma que se realiza campañas de crowdfunding para adquirir espacios publicitarios y adornarlos con obras de arte.
Sin embargo, no se trata de una novedad absoluta porque ya en 2014 el artista francés Etienne Lavie presentó el proyecto OMG who stole my ads? En el que los bulevares de París se transformaron en un museo a cielo abierto gracias a las representaciones de las pinturas guardadas en el museo Louvre, reproducidas virtualmente como si fueran carteles publicitarios. El año anterior, es decir en agosto de 2013, el proyecto Art Everywhere, financiado por varios entes destacados, como por ejemplo la galería Tate y The Art Fund, habían difundido por cada rincón de Reino Unido más de 22 mil pósters de arte anglosajona.
Los espacios reservados a los anuncios que se encuentran por la calle cuestan mucho: dependiendo de la ciudad, de la ubicación, del tamaño, de cuanto tiempo permanece, el precio varía y puede llegar hasta a miles de euro por un espacio de muy pocos metros. De esta manera sólo las grandes empresas pueden permitírselo. Por eso surgió la necesidad de crear una plataforma de crowdfunding que permita recaudar los fondos necesarios para comprar los espacios y exponer las obras de arte. Participar al proyecto es muy fácil, solo se tiene que visitar la página web de Ôboem, elegir que artista y obra apoyar y decidir el importe de la donación; luego, Ôboem se encarga de la fijación de los carteles de las campañas: “La idea es presentar varias galerías de artistas prometedores y de dejar que la gente vote online entre casi 80 obras que luego serán imprimidos en varios formatos y puestas en venta” según explica Oliver Moss, uno de los fundadores. De hecho, quien ha votado para una obra recibirá una reproducción de la misma en su casa e incluso será posible adquirir el original.
Oliver Moss, que fundó Ôboem junto a Marie Toni, explica que la idea de transformar la ciudad en una galería de arte le vino a lo largo de un viaje en América del sur: “Algunos murales de algunas ciudades de Chile nos llamaron la atención: magnificas obras de arte callejero que embellecban el paisaje urbano”. Para los dos fundadores fue automático comparar eso con las ciudades francesas donde vivían: “Aquí hay demasiada contaminación visual. La publicidad es excesiva. Crea deseos falsos, deforma la imagen de la mujer, difunde una ideología consumista. Y sobretodo destroza el ambiente”.
Para Ôboem no se trata solo de un mero proyecto de estética, sino de una nueva visión del mundo: se enriquece el espacio urbano, eliminando la ideología de la publicidad, se ofrece una posibilidad de rescate y se abren las puertas a los nuevos artistas, que no suelen tener la oportunidad de darse a conocer. El proyecto empezó hace algunos días y para el momento solo se centra en Burdeos y sus alrededores. En un segundo momento, si obtendrá el éxito esperado, se extenderá a otras ciudades.