Azul como el cielo, azul como el mar.
El azul es un color natural que representa la tranquilidad, la quietud y el equilibrio. Tiene la capacidad de relajar, de hacer bajar la guardia y de proporcionar mayor sensibilidad a los individuos, que, de esta forma, llegan a ser más vulnerables a los estímulos externos.
Generalmente, las personas que prefieren el color azul son sensibles y dóciles, profundas e introvertidas. Por esta placidez del carácter, prefieren evitar las situaciones caóticas y las personas irascibles.
Existen diferentes matices de azul, los más obscuros evocan la austeridad del mundo clásico, mientras el azul claro recuerda algo más moderno y vivaz.
En el mundo de la comunicación este color se utiliza en muchos ámbitos: agencias de viajes, de seguros, organizaciones gubernamentales, compañías cosméticas o farmacéuticas. La razón es que el color azul trasmite seguridad y firmeza, valores que estos tipos de empresas quieren vehicular.
Además, en los últimos años el azul está muy de moda, no solo en los desfiles, sino también en el mundo de la comunicación. Piénsense por ejemplo en la red social más famosa al mundo, es decir Facebook, que decidió crear su comunicación a partir de una tonalidad de azul muy intensa y firme. Aunque pueda parecer una estrategia de marketing, este color fue elegido por el fundador Zuckerberg por su daltonismo. En efecto, para las personas que sufren esta patología, el color azul es más fácil de enfocar.
Diferente es el caso de la empresa Nivea, que desde siempre ha desarrollado su marketing a través del color azul. Color que protagoniza toda la imagen corporativa de la empresa de cosmética, su comunicación corporativa y el envase de los productos.
Es suficiente observar esta publicidad para entender la fuerza comunicativa del color azul, en este caso reforzado por el símbolo de círculo que aún más evoca tranquilidad y perfección. Es una imagen completa que trasmite serenidad y seguridad, valores intrínsecamente vinculados al producto promocionado.