Nuestros lectores saben que nos apasiona hablar de los avances del mundo de la impresión en general y que a menudo os presentamos las innovaciones de la impresión 3D. Este es un sector que está experimentando un rápido desarrollo, como demuestra el hecho de que no pasa un mes, y a veces ni siquiera una semana, sin que se anuncien nuevos y extraordinarios inventos. El último episodio de esta apasionante saga, de que os hemos hablado en estas páginas hace algún tiempo, trataba de la construcción de un edificio en Dubai, hecho casi enteramente por medio de una impresora 3D. Hoy, en cambio, la novedad procede de Estados Unidos: se trata de Olli, un autobús concebido por la compañía Local Motors único en su género. Es un dispositivo eléctrico, realizado con una impresora 3D y dotado de conducción autónoma.
Parece la descripción de un robot o de una película de ciencia ficción, pero es la realidad, por lo menos en la ciudad de Washington, el lugar que ha sido elegido para testar este prototipo de transporte público del futuro. Se conduce en autonomía gracias a la inteligencia artificial de Watson (desarrollado por IBM), no es contaminante porque es eléctrico y puede ser realizado y montado en un plazo de tan solo algunas horas. ¿Fácil, no? Por supuesto, el hecho de que no hay un conductor real puede originar algunas (compresibles) dudas sobre la seguridad del medio de transporte, que puede acoger hasta 12 pasajeros. Sin embargo, el dispositivo que lo controla ha sido concebido para responder a todas las situaciones posibles en el tráfico de las ciudades. Treinta sensores captan las informaciones necesarias a Olli para desenredarse en el tráfico sin afectar a los pasajeros, ni a los automovilistas o a los motociclistas, ciclistas y peatones.
Pero eso no es todo:no solo Olli se mueve en el tráfico con total seguridad, sino puede también interactuar con sus pasajeros. Por ejemplo, puede facilitar informaciones sobre los lugares por los que se mueve, o dar noticias útiles sobre los servicios presentes en la zona. Práctico, ecológico, útil… ¿qué más? Como decíamos antes, el prototipo actualmente está en fase de experimentación en Washington. Esta fase tardará unos seis meses y luego se repetirá en otras ciudades americanas y europeas como Miami, Las Vegas, Berlín y Copenhagen. Tal vez llegarán a nuestros países también.
Sin duda, Olli representa la última frontera del mundo de la impresión 3D. Un mundo en continua expansión, cada vez más pionero y adaptable a cualquier ámbito de nuestra vida, de la tecnología, a la edificación, a la decoración y más. Ahora, incluso el sector de los medios de transporte pueden disfrutar de este prototipo económico, de rápida construcción y capaz d moverse por el entramado urbano sin contaminar el aire, con total comodidad y seguridad. Considerando el enorme problema de contaminación que sufren la mayoría de las ciudades de todo el mundo, esta puede ser una solución ideal bajo cualquier punto de vista.