El mundo del diseño gráfico se caracteriza por una serie de normas y mecanismos psicológicos que pueden resultar determinantes a la hora de comunicar un mensaje y por consiguiente en la decisión de compra del cliente. Un aspecto que hemos tratado ya algunas veces hablando de psicología de los colores, por ejemplo; es decir una teoría muy divulgada que explica como, a cada color, le corresponda una sensación y una serie de asociaciones de idea inconsciente a las que todo el mundo está sometido.
Los colores mismos son parte integrante de un pryecto más amplio y que incluye el tipo de material que vamos a utilizar y a la forma que elegimos para presentar el producto mismo. Hay que ponderar bien estas elecciones, que juntas confluyen en el término “sinestesia”, que el producto de la unión de las palabras griegas “syn” (conjunto) y “aisthanesthai” (percepción) y que indica exactamente todos aquellos elementos que a un nivel sensorial concurren a proporcionar, a través de nuestras estímulos un determinado tipo de percepción, es decir lo que queremos comunicar. La vista, el tacto, el oído y en algunos casos hasta el olfato: cada sentido puede intervenir a formar una idea o un significado preciso en relación a un producto, una marca etc. entonces, el conjunto de estos elementos se llama sinestesia.
Sinestesia: el lenguaje no verbal del color
Descrita así, la sinestesia podría parecer algo muy complicado, pero en realidad es muy fácil a comprender. Empezamos entonces por el color: la elección de una tinta puede resultar fundamental en la decisión del consumidor. En efecto, el color representa una forma de lenguaje no verbal muy poderosa y por eso, aun si no nos damos cuenta, conlleva significados específicos. Sin alargarnos mucho en un discurso del que hemos hablado ya en otros artículos, basta recordar que los colores fríos (verde, azul, morado etc) transmiten una idea de seriedad, despego, seguridad mientras los colores cálidos (rojo, amarillo, naranja etc) evocan pasión, dinamismo, alegría, excitación. Las tonalidades neutrales son sinónimos de sencillez, mientras el color negro comunica durabilidad y calidad superior.
Sinestesia: la importancia de la forma
En el ámbito del diseño de productos, la decisión de la forma es otro elemento fundamental que influye en el éxito comercial de este producto. El color, por si solo, no puede ser suficiente a la hora de convencer el cliente, que – a nivel estrictamente visual – tiende a optar por un objeto en lugar de otro porque le gustan más sus líneas, su packaging. La forma entonces es otro factor que influye en la decisión de compra de las personas y por eso hace falta tenerla muy en consideración. Las características intrínsecas de la forma son: las dimensiones, las proporciones, la angularidad y la simetría. Vamos a descubrirlas más detalladamente.
- Las dimensiones afectan la percepción del consumidor. Dimensiones grandes dan una idea de majestuosidad y supremacía, mientras las más pequeñas de delicadeza y exclusividad.
- Las proporciones pueden dividirse en dos categorías: las formas alargadas y redondeadas. Las primeras tienen mayor impacto, mientras las segundas son más armoniosas y dan la impresión de ser más regulares.
- La angolaridad se refiere, por supuesto, a los ángulos y a las aristas de un objeto y de su envoltorio, o por lo contrario, a las formas redondeadas. Es posible optar por una u otra cosa, teniendo en cuenta la tipología del producto y del público objetivo al que nos dirigimos y, obviamente, a las tendencias del momento.
- La simetría consiste en la armonía y proporción de las partes que componen un todo entre sí y con el todo mismo: algo simétrico resulta armonioso, mientras la asimetría (es decir la falte de equilibrio y proporción entre los elementos) puede dar impulso al diseño, pero incluso tensión, en caso de un uso excesivo de este recurso.
Sinestesia: la importancia del material
En la creación del envase para nuestros productos hay que tener mucho cuidado en el material que vamos a elegir, porque el tacto en este caso es el sentido que más viene estimulado. el utilizo de algunos materiales puede resultar decisivo a la hora de transmitir un mensaje de bienestar, confort etc.
Sinestesia: vista, tacto y… olfato
En estos contextos suele ser más difícil lograr estimular el olfato, con respecto a los otros sentidos mencionados anteriormente. A veces, atraer la atención de los consumidores a través de aromas y perfumes puede ser una táctica exitosa. Pensamos por ejemplo en los productos alimentarios, a los perfumes y a todos los productos de belleza y cuidado personal…
En conclusión, cada detalle de un producto puede concurrir a su triunfo. Es más: antes del producto en si y de su calidad, lo que el cliente ve y que puede traer su atención es la manera en que presentamos el producto. Cada sentido, por lo tanto, está implicado en un elaborado proceso que origina la percepción que tenemos de un objeto. A este proceso se le llama sinestesia.