El color azul es el color preferido por la mayoría de las personas. Eso se debe probablemente a los sentimientos que despierta gracias a sus diferentes tonalidades. Se encuentra en el 53% de las banderas nacionales y es el color mas utilizado en los logotipos de las empresas.
El descubrimiento del azul
El descubrimiento y el utilizo del azul es bastante reciente respecto a los otros colores. Esto porque no era fácil encontrar el color azul en la naturaleza. En algunas regiones del mundo, cómo Afganistán, rico en minas de lapislázuli, producir el azul era bastante sencillo. No hay rastro de él en la prehistoria europeas.
La palabra azul en el lenguaje
La palabra azul para designar el color apareció tardíamente en el lenguaje. El color rojo, a lo largo de la evolución de los idiomas, encontró en seguida su lugar. De hecho, muchos idiomas, tenían una palabra para describir el rojo, pero ninguna para el color azul. Desde el punto de vista etimológico, la palabra azul se deriva del alemán antiguo blau y del francés bleu (turquesa oscuro). De esas palabras nacieron en Italia las dos palabras blu y blé. La palabra azul se deriva del farsi lazhward, el nombre original del lapislázuli. Turquesa hace referencia a Turquía, país donde el mineral era muy utilizado. Índigo procede de India, mientras celeste se deriva del latín coelum, que es el cielo.
Azul y negro
En el pasado hubo mucha ambigüedad entre azul y negro. En griego antiguo, el término kuaneon se utilizaba para indicar los dos colores, en particular sus tonos más oscuros. Las dos palabras más utilizadas para indicar el azul eran glaukòs y kyaneos. Para los griegos cyanos era el color del sufrimiento, haciendo referencia a “ponerse azul”, pálido. En latín la palabra azul, coeruleus, céruleo, se deriva de la cera y era un tono de blanco. Para los antiguos romanos, el azul no era un color sino un tono de otros colores como el blanco o el negro.
La palabra azul y Homero
El primero en preguntarse la razón por la que Homero, en la Odisea, llamase al mar “negro como el vino”, fue el académico William Gladstone en 1858. Se dio cuenta de como también las ovejas y el hierro se definían con el mismo color, es decir el morado, mientras la miel era verde. Posteriormente, el filólogo alemán Lazarus Geiger (1829-1870) prosiguió los estudios de Gladstone. Estudió también las sagas islandesas, el Curan, las antiguas leyendas chinas, la Biblia (en hebreo antiguo) y analizó también los Vedas.
La palabra azul y los Maya
También los Maya no distinguían azul y verde: juntos identificaban el color del universo. En sánscrito la misma palabra, nila, significa tanto azul como negro. Geiger entonces teorizó que en la terminología de las culturas antiguas aparecen antes las palabras luz y oscuridad luego blanco y negro. Posteriormente, el color de la sangre y del vino tinto: el rojo. Después el amarillo, el verde y finalmente el color azul. Entre todas las culturas estudiadas por Geiger solo una habla claramente del color azul: los egipcios.

El color azul y los egipcios
Los egipcios sabían crear el pigmento azul que por ellos era el símbolo del cielo y de las deidades. De hecho a menudo pintaban de azul el rostro de Amon. Lo utilizaban para decorar edificios, estatuas y tejidos, para después exportarlos en todo el Mediterráneo. Los pueblos que los importaban nunca se molestaron en nombrar el color recibido. Los antiguos egipcios fueron los primeros en sintetizar el color azul, hace casi 5mil años, calentando la arena del Nilo entre 800 y 900 grados.

El color azul en Europa
En la Europa medieval y del Renacimiento, para reproducir el azul se utilizaban dos minerales en polvo: el lapislázuli y el azurita. Para los tejidos se utilizaba también el destilado de dos plantas: la indigofera tinctoria o la yerba. En el medioevo, los colores empezaron a tener también una importancia simbólica. Se creía que el color revelase la presencia de Dios como interacción entre la luz y la oscuridad. Por eso pensaban que la luz, filtrada por las ventanas coloradas de las iglesias, tuviese propiedades curativas. Desde el año 1200, gracias a los avances técnicos, en Francia se desarrolló un florido sector del índigo. El azul era un color muy caro debido a la lejanía de las materias primas.

El color azul: ciencia y arte
El abundancia de azul en la capilla de los Scrovegni, pintada por Giotto, simbolizaba la riqueza de la familia. En el 1700 inventaron un pigmento artificial, el azul de Prusia. Los científicos, gracias a los estudios de Newton sobre el espectro solar, atribuyeron al color azul el estatus de color fundamental. La producción industrial de índigo artificial se desarrolló en Alemania a finales de 1800.

El Jinete Azul (Der Blaue Reiter) es el nombre elegido por Franz Marc y Vasilij Kandinskij para su movimiento artístico. “A los dos nos gustaba el azul: a Marc los caballos y a mí los caballeros”, explicará Kandinskij.

El azul de Prusia y el arte
El azul de Prusia fue el color que Cezanne eligió para sus obras dedicadas a las bañistas. Hokusai lo utilizó para la impresión de sus vistas del monte Fuji.

El mismo azul fue utilizado por Van Gogh para dar vida a sus extraordinarios cielos nocturnos, Picasso lo utilizó para sus imágenes sombrías de su período azul.

El color azul y la psicología
Asociamos el azul a la reflexión y a la meditación, al conocimiento y al compromiso, al cariño y a la emoción. Para la cromoterapia es el color del silencio y de la tranquilidad, de la ternura y del placer de vivir. Para la psicología del color, el azul, inspira confianza y calma, reduce el estrés y transmite energía positiva. Con sus rasgos de paz y amistad es perfecto para las compañías que apuestan por la interacción: Twitter, Skype, Facebook, Flickr, Linkedin e Vimeo.