El concepto de ritmo suele ser asociado a la música o, más en general, a todo lo que tiene que ver con el sonido. Cuando nuestros oídos perciben una determinada secuencia de sonidos y puede distinguir la evolución y la sucesión de esos sonidos, identifica en automático un ritmo. Es lo que pasa con cualquier canción, donde suele ser el sonido de la batería lo que marca el tiempo y los pasos de la pieza, y no solo. El sonido metálico y repetitivo de una fábrica, por ejemplo, representan un ritmo continuo. Se dice que hace muchos años, en la ciudad de Sheffield, el ruido de fondo de las industrias siderúrgicas marcaba y acompañaba la vida cotidiana de la población residente. Pero el ritmo en diseño gráfico es igual de importante.
El ritmo, entonces, es lo que escande los tiempos de una manera más o menos regular y más o menos reconocible. Pero, si es verdad que, como decíamos antes, el ritmo normalmente lo asociamos al concepto de sonido, todos los diseñadores gráficos y web saben muy bien que el ámbito visual también tiene su ritmo. Y por supuesto, conocerlo y saber leerlo puede contribuir a hacer más eficaces, orgánicos y racionales los trabajos que se realizan.
¿Qué es, entonces, el ritmo en ámbito gráfico? ¿Y como se puede reconocerlo y estructurarlo dentro de un trabajo? Intentaremos contestar a estas preguntas enseguida. ¿Listo? Empezamos…
El ritmo como elemento natural
Como hemos dicho en la introducción de este post, solemos asociar la palabra “ritmo” a un esquema sonoro: efectivamente el ritmo es el elemento esencial e imprescindible de cualquier producción musical (o casi, si consideramos la música contemporánea, peor eso es otro tema). Pero, el ritmo no es simplemente algo musical, sino una constante en nuestras vidas, aunque a menudo no nos damos cuenta de eso. Basta pensar en las estructuras de las cosas que nos rodean: los pétalos de las flores, por ejemplo, o las hojas de un árbol, entre otros. Nuestra vida diaria es encuadrada en las 24 horas diarias, determinada por la sucesión de las estaciones, así como nuestro cuerpo, que se regla con los latidos cardíacos. Toda nuestra existencia, en suma, es determinada por ritmos constantes, que muy a menudo ni siquiera apreciamos.
El ritmo a nivel visual
Además, muchos elementos que vemos en nuestro día a día están organizados o dispuestos según un orden, y un ritmo, preciso. En el caso de una escalera, el ritmo se debe a la sucesión de los escalones, normalmente iguales entre ellos, es decir de la misma dimensión. Lo mismo pasa con una columnata, con los faroles a los bordes de la calle e incluso con las geometrías de un pavimento, d ellas fachas de edificios, de los azulejos y mucho más. En otros casos, el ritmo se crea por medio de la alternancia de elementos grandes y pequeños dispuestos en sucesión, o por la alternancia cromática, o por el crecimiento y decrecimiento de los elementos. Cualquier secuencia estructurada a nivel visual contribuye a crear un ritmo que el ojo humano es capaz de percibir y reconocer.
Tipos de ritmo
- Ritmo lineal o regular: se produce cuando los elementos son similares o iguale en forma, tamaño, color y distancia entre ellos. El es ritmo más fácil a identificar y se suele utilizar en ámbito gráfico para crear el sentido de repetición.
- Ritmo alterno: a diferencia del ritmo “regular”, el ritmo por alternabilidad consiste en la repetición de elementos distintos en el mismo orden, de manera que se forme un contraste ordenado y reiterado.
- Ritmo progresivo: se representa con una disminución o ampliación progresiva y regular de un elemento, de su tamaño, de su orientación o de su color. Tiene un sentido dinámico, que se obtiene a través de una progresión de etapas y de formas.
- Ritmo fluido: en este caso los elementos no son iguales entre ellos, pero lo que crea el ritmo es la sensación de movimiento fluido y espontáneo que generan las imágenes; este fluir logra captar la atención y destacar lo que que se quiere comunicar.
El ritmo en diseño gráfico
Conocer el recurso del ritmo y como funciona es muy importante porque nos ayuda a orientar la atención de quien observa hacia el mensaje principal o el contenido que queremos destacar. Y no solo: el ritmo sirve también para dar un aspecto orgánico al conjunto y a estimular quien lee a prestar más atención al mensaje o a empatizar (inconscientemente) con el contenido. Promocionar un producto exitoso o lanzar un mensaje preciso y convincente no es suficiente si el contexto en el que está incluido no es igualmente eficaz. Por ello, siempre hay que estudiar y desarrollar antes y atentamente un proyecto, para ver como el ritmo puede jugar su papel en nuestra comunicación. Como en el caso de la música, el ritmo en diseño debe determinar los tiempos y los espacios. ¡No lo olvides!