Un parque de atracciones sí, pero no de los convencionales y tampoco pensado para niños, como afirmó el mismo autor y como afirma su lema “La vida no es siempre un cuento de hadas”. Estamos hablando de Dismaland, la instalación temporal (quedará unas cinco semanas) que el grafitero británico Bansky, entre los más importantes artistas callejeros, ha realizado a Weston-super-mare, en la costa occidental de Reino Unido.
El parque abrió sus puertas el pasado 22 de agosto y aunque no fue promocionado en los media, para mantener el efecto sorpresa, fue asaltado desde el primer momento por los visitantes que han apreciado las extravagantes instalaciones realizadas por artistas como Damien Hirst y Jenny Holzer, seleccionados por el grafitero a formar parte de un colectivo de cincuenta y nueve jóvenes con talento, más o menos conocidos por el gran público. Dismaland se presenta como una parodia del mundo encantado creado por Disney, o mejor dicho, es una versión perversa y morbosa de los cuentos con final feliz, donde es fácil tropezar en situaciones extremas, entre instalaciones angustiosas y personajes que imprecan. Abundan las referencias a la actualidad, los ataques al capitalismo y las denuncias sociales ásperas. El objetivo es precisamente favorecer la reflexión sobre los temas más actuales empleando una iconografía muy fuerte. Y, a la vez, entretener.
Además de las obras que se pueden observar en el parque (la entrada costa tan solo 3 esterlinas) se han programado una serie de conciertos de importantes artistas internacionales como Savages, Massive Attack, Pussy Riot y Run The Jewels. Un templo de la decadencia de nuestro tiempo, más vivo que nunca.