En noviembre de 2013 los editores de los diccionarios de Oxford eligieron el término “selfie” como palabra del año 2013 y un año después la versión castellanizada “selfi”, fue seleccionada palabra del año por la Fundación del Español Urgente (Fundéu BBVA) “por su actualidad, por su presencia en los medios y por su interés lingüístico, ya sea por su formación o su fuerza de penetración en el lenguaje común”.
Hoy, tres años más tarde, el selfie da su primer paso en el mundo del arte. La Galería Saatchi de Londres acaba de inaugurar una exhibición muy particular, la primera que explora la historia de la auto-representación, desde el siglo XVI hasta nuestros días. Se llama Fron Selfie to Self-expression y comprende autorretratos de Rembrandt, Van Gogh y Frida Kahlo así como autorretratos más espontáneos, es decir selfi, de Kim Kardashian, Tom Cruise o de un macaco de la isla indonesia Sulawesi. Las imágenes de los selfi se exponen junto a las obras de arte: “En el siglo XVI sólo los artistas tenían las competencias, los materiales y las herramientas para crear autorretratos” comentó el director de la galería Nigel Hurst “hoy todo el mundo tiene los recursos necesarios en su smartphone”.
Hurst en principio tenía previsto hacer una exposición de dimensiones reducidas, pero cuanto más exploraba el tema, más se ampliaba hasta llegar a ocupar dos plantas y 10 salas de la galería. La exploración del tema de la autoexpresión empieza con los autorretratos realizados por los artistas más conocidos, como Rembrandt el pintor holandés que realizó decenas de autorretratos como su propia autobiografía. Los retratos se pueden admirar sobre pantallas digitales donde los visitantes pueden dejar sus reacciones, lo mismo que un me gusta o un comentario en las redes sociales.
En las otras salas de la muestra se encuentran autorretratos de artistas más contemporáneos, como Francis Bacon, Jean-Michel Basquiat y Tracey Emin. Algunos de ellos son más difíciles de entender, como por ejemplo la fotografía de Nan Goldin Nan One Month After Being Battered, en la que se retrata después de haber sido maltratada, para no olvidar la violencia que muchas mujeres sufren por parte de su misma pareja.
Enseguida hay 50 fotografías en formato pasaporte del artista colombiano Juan Pablo Echeverri, una pequeña muestra de las miles que componen su proyecto original nacido en 2003, cuando empezó a sacarse fotografías en cualquier cabina de foto. A su lado están expuestas algunas imágenes del trabajo The Honeymoon Suite de la joven artista inglesa Juno Calypso, que representan su estancia solitaria en un hotel para parejas en luna de miel en Pennsylvania, un lugar que ella ha descrito “una pesadilla gótica rosa de los años Sesenta”. Calypso confesó que para ella el interés hacia la autorepresentación es meramente pragmático: “Paras er honesta es una necesidad, para mi trabajar con otra gente es estresante”.
La muestra se acaba con una instalación del artista mexicano Rafael Lozano-Hummer y del polaco Krzysztof Wodiczko, compuesta por 12 cámaras de vigilancia: “El selfi no solo es una opción, sino es algo que está asolando nuestra identidad. Esta nueva forma de expresión es índice de una sociedad bajo control incesante, que anula nuestra privacidad”.
Los selfi contemporáneos no son diferentes de los autorretratos artísticos del pasado: “Los selfies hy tienen que ver más con cómo queremos que el mundo nos vea, nuestro estilo de vida y nuestro entorno, que con cómo somos” afirmó Hurst “La mayoría de las selfies son tomadas en lugares exóticos, de vacaciones, cuando la gente está experimentando cosas que están lejos de sus vidas mundanas. No es compartir nuestra humanidad, es realmente compartir una versión de nuestra identidad que nos gustaría que la gente creyera «. Para los organizadores de la exposición es importante investigar incluso esta forma de expresión y representación de si mismo. El fenómeno de los selfies en los últimos años se ha propagad cada vez más, hasta el punto que algunas instituciones han intentado limitarlos, prohibiendo el uso de los selfi sticks, o incentivándolos dependiendo de la finalidad. Para algunos ha llegado a ser una estrategia de marketing, una manera para dar a conocer sus productos a través de las imágenes de los usuarios.
Con ocasión de esta exhibición, la Saatchi Galery ha lanzad también una colaboración con Huawei creando el hashtag #SaatchSelfie creando un concurso al que podían participar, con un máximo de 6 selfies, los mayores de 16 años de todo el mundo. Tras recibir 14 mil candidaturas, los jurados (Tracey Emin, Idris Khan, Juergen Teller, Juno Calypso y el director de la galería Nigel Hurst) premiaron Dan Wooley y su toma The Substitute (holiday). Wooley recibió en premio un smartphone Huawei, además d ella posibilidad de exponer su selfie en la muestra From Selfie to Self-expression. “El teléfono inteligente ha llegado a ser un instrumento de expresión artística. La generación selfi se está convirtiendo en la generación de la autoexpresión. Cada uno de nosotros busca explorar y compartir su propia creatividad interior por medio de aquella herramienta artística a las que todo el mundo tiene acceso: el smartphone” expresó Gloria Zhang, la directora de marketing de consumo de Huawei.