Donald Trump está a punto de jurar su cargo como presidente de Estados Unidos y ya ha suscitado muchas dudas su posición en materia de medio ambiente para los próximos cinco años. La ratificación de los acuerdos de París sobre el cambio climático (COP 21) es aún muy reciente, sin embargo el cambio de presidente podría pervertir drásticamente la política medio ambiental llevada a cabo por Barack Obama hasta ahora. Pero, en este clima de preocupación, llegan también señales muy importantes de avances en ámbito ecológico desde las ciudades y los colosos del mundo web, Google sobre todo.
De hecho, Las Vegas, la capital de la diversión y del juego de azar, acaba de anunciar que se abastece en un cien por cien con energías renovables: los edificios municipales y las luces de la ciudad están alimentadas por paneles solares y turbinas hidroeléctricas. Y justo después llega el anuncio del gigante de la tecnología Google. El coloso de Menlo Park, que ya el pasado año alimentó sus actividades al 44% con energía eólica o fotovoltaica, ha afirmado recientemente que este año funcionará sólo con energía limpia, obtenida a partir de fuentes renovables. Y no solo en sus instalaciones estadounidenses, sino también en todas sus sedes alrededor del mundo, que suman un total de 60 mil trabajadores. Lo de Google es un compromiso firme no solamente desde un punto de vista ambiental, sino incluso por ser un ejemplo para otras grandes empresas internacionales del mismo y otros sectores. Se estima que la Gran G, que completa un camino “verde” de cinco años, obtendrá en total 2,6 gigavatios en energía eólica y solar y su producción de energía limpia sigue aumentando. La empresa misma habla de este logro como de un “hito histórico”.
Por otra parte, según los datos transmitidos recientemente por el World Economic Forum, el coste medio global de fotovoltaica y eólica ha bajado mucho en los últimos tres años, hasta llegar a igualar lo de otras formas de producción de energía – más longevas e impactantes – como por ejemplo el carbón. No sólo beneficios para el medio ambiente entonces: invertir en las renovables es un negocio rentable desde varios puntos de vista, tal como se refleja en en informe publicado por la fundación internacional. La esperanza de muchos es que el ejemplo de Google animará a muchas otras empresas, grandes o pequeñas, a seguir el mismo camino y a consagrarse al respeto del medio ambiente. Aunque, lamentablemente, las políticas estadounidenses cambiarán dirección en materia de recursos medioambientales, el compromiso de las grandes multinacionales (al primer puesto las de tecnología) o de las ciudades de todo el mundo son ejemplos muy importantes y significativos del camino a seguir.