¿Cuántas veces se te ha ocurrido intentar buscar una tarjeta de visita y no encontrarla de entre todas las demás? Aunque se suele pensar en las tarjetas de vista estándares, las clásicas, es decir las de tamaño rectangular, hoy en día es posible personalizar nuestra tarjeta de presentación de las maneras más extravagantes y creativas, confeccionando algo único y personal que nos hará destacar desde el primer momento. Vamos a ver algunos ejemplos para sorprender a quien recibe nuestra tarjeta de vista.
La importancia de no pasar inadvertido
Claro, las tarjetas deben ser bonitas, pero si de verdad quieres que sea memorable, ¡elige unas tarjetas de visita especiales! Las características que convierten una tarjeta en una pieza única son: innovación, creatividad y capacidad de ser cautivador y suscitar algo. Por eso, es posible descubrir formatos diferentes del tradicional rectángulo de papel. ¿Algún ejemplo? Este fontanero realizó pequeños desatascadores con su número de contacto impreso sobre la ventosa de plástico y el logo de su empresa sobre el mango de madera. Una solución que sin lugar a duda no pasará inadvertida por las manos de sus clientes.
(fuente: boredpanda.com)
Advertencia: ser explícito
Es fundamental proporcionar a quien entregamos nuestra tarjeta una idea inmediata de nuestra actividad o ámbito de trabajo o, como alternativa, de nuestras pasiones e intereses. Este efecto se puede conseguir a través de la silueta misma del billete, o de la imagen que la tarjeta lleva. No hay que olvidar que una figura original y extravagante puede hacer que nuestra business card sea más visible entre todas las demás: llamar la atención conviene. Es lo que hizo la academia de tenis Denia Salu que para promocionarse decidió transformar su tarjeta de visita en una pista de tenis en miniatura. Y no es todo: hay una tarjeta de color verde (pista de césped) y uno marrón (pista de tierra batida). ¡Así ganaron 3 sets a 0!
(fuente: danieladicosmoadv.it)
Fidelizar clientes
La tarjeta de visita sirve sobre todo para darnos a conocer a nuevos, potenciales clientes. Pero, al mismo tiempo, pueden tener otra utilidad: es decir la de ser útil a quien la recibe, algo que uno puede llevar siempre consigo y utilizar en caso de necesidad. Si consigues ayudar a tu cliente en un particular momento, es más probable que éste se acuerde de ti y de tu negocio. Os dejamos un ejemplo concreto: este mecánico de bicicletas regala a sus clientes una tarjeta de metal con agujeros específicos para apretar pernos y tuercas y para tomar medidas. En suma, un kit de bolsillo completo para estar preparado a cualquier emergencia o contratiempo de dos ruedas.
(fuente: imjustcreative.com)
Lo más importante, com se puede apreciar en la imagen, es explicar desde el primer momento de qué nos ocupamos, qué ofrecemos y hacerlo de una manera entretenida y curiosa. Y esto no significa exagerar y crear una tarjeta ilegible y repleta de elementos. Por primero, céntrate en lo que quieres comunicar. Una vez aclarado el objetivo, solo tendrás que ponerlo en práctica en la forma que consideres más apropiada. Sin duda, apostar por la originalidad y lo anti-convencional tiene sus ventajas: pero no hay que olvidar que siempre se debe conjugar este aspecto con el buen gusto y que excederse podría volverse en tu contra. Funcionalidad y creatividad: esto es nuestro consejo. ¡Anímate a crear tu tarjeta de visita!