La coherencia de los lenguajes en una empresa es fundamental, porque de esta manera se consigue transmitir una única identidad visual y sólo determinados conceptos, estudiados y combinados a la empresa y a sus objetivos.
El público que ve esta coordinación de lenguajes podrá conectar diversas comunicaciones en canales diferentes y comprender que todos provienen de la misma entidad. Viceversa el peligro que se corre es de derrochar los recursos.
Para crear una imagen corporativa (corporate identity) es necesario efectuar un estudio detallado de la empresa, preguntándose las famosas 5W: Quién, Qué, Cuándo, Dónde, Por Qué. Así es posible definir la esencia de la empresa, con sus características y su objetivos. Luego se tendrá que desarrollar una comunicación cuidada en sus mínimos detalles y lo fundamental es que todos los elementos tengan un único hilo conductor.
La coherencia tendrá que ser respetada tanto en las comunicaciones externas cuanto en las internas, haciendo referencia a la filosofía empresarial.
Los elementos a través de que se desarrollará la corporate identity son en primer lugar el logotipo, es decir aquel signo gráfico que distingue una determinada empresa de todas las otras. La marca necesitará de un análisis detenido, el riesgo de crear un símbolo que no representa o se opone a las ideologías empresariales es elevado. Expresar determinados conceptos a través de un único logotipo no es nada fácil, porque entran en juego diferentes problemáticas, desde la elección de la fuente más adecuada hasta la respuesta de los potenciales clientes.
Una vez que se ha definido la marca, se tendrá que definir todas las modalidades de comunicación empresarial: papel con membrete y sobre coordenada, tarjetas de visita de la empresa, carpetas de presentación, invitaciones y todo el material promocional, folletos, carteles y luego todo el mundo digital con la página web y todos los canales de redes sociales que se desarrollan en la red.
En el ámbito de la comunicación de carácter promocional, es necesario un estudio ulterior por lo que concierne el ‘visual’ es decir la elección de imágenes a emplear (fotográfica o gráfica), que tonalidades de colores utilizar y sobre todo qué tipo de mensaje se quiere vehicular.
En resumidas cuentas, crear una imagen corporativa supone un trabajo extenso y que enfrenta miles de problemas, es un proyecto que tiene que empezar con el nacimiento de la empresa y seguir por toda su vida. Si es bien hecha, conseguirá formar la esencia de la empresa y le permitirá llegar a ser reconocible por el público.
No hay que subvalorar este aspecto comunicativo, porque puede beneficiar de manera significativa en la vida de la empresa y, al contrario, si estudiada de manera poco detenida, puede provocar daños a nivel de comunicación y marketing.