El concepto de obsolescencia programada (o planificada) quizás no es muy conocido pero es algo que nos tocas muy de cerca y cada día. Se trata de un término que en lenguaje económico indica una estrategia que pretende definir el ciclo vital de un producto, con la finalidad de limitar su vida útil a un plazo de tiempo determinado y preestablecido. De esta manera, después de aquel plazo de tiempo, el producto llega a ser inservible o se convierte en algo obsoleto para los consumidores.
El origen de esta estrategia se remonta a 1932, cuando el agente inmobiliario ruso-estadounidense Bernard London, proponía que la ley impusiera una fecha de caducidad para todos los productos de consumo, incluso aquellos no alimentarios, con el objetivo de fomentar el consumo y acelerar la recuperación económica de los Estados Unidos, tras la Gran Depresión. Esta propuesta de “obsolescencia planificada” se convirtió desde pronto en materia de estudio y análisis por muchos economistas y, aún hoy, tras más de 80 años, sigue siendo un tema muy actual e interesante. En concreto, a menudo se trata este tema en relación a las compañías que adoptan este recurso para alentar a los consumidores a comprar la última versión de un producto, sobre todo para los productos tecnológicos. Catherine Rampell, periodista del New York Times, hace algún tiempo escribió un artículo muy interesante en el que observaba como, tras la salida del nuevo iPhone y de iOS 7, la última versión del sistema operativo para dispositivos móviles Apple, su iPhone 4 se había ralentizado mucho y también había reducido la autonomía de la batería, un problema muy común para los poseedores de modelos anteriores. Para resolver el problema, Rampell llevó el móvil a un App Store para sustituir la batería, donde le dijeron que con pocos dólares más, en lugar de la nueva batería podía adquirir un modelo de iPhone más avanzado, con un procesador más poderoso y adecuado para iOS 7. Muy en claro. Ya desde hace mucho tiempo, los expertos de tecnología y los analistas del sector señalan que, curiosamente, la salida de nuevo productos Apple suele coincidir con el producirse de funcionamientos defectuosos o daños de los modelos anteriores. Mucha gente, cree que este es un ejemplo de obsolescencia planificada por la empresa productora para aumentar las ventas de los últimos productos; a fin de cuentas, si un iPhone funcionara bien para siempre, muy poca gente lo compraría nuevo cada dos años, o algo así, ¿no crees?
Para tratar de hacer frente a esta tendencia, se puso en marcha una start up francesa, Back Market, que hace del mercado del reacondicionado su misión. En esencia, los de Back Market dan nueva vida a productos tecnológicos gracias a la ayuda de algunos talleres socios, que abren, verifican y reparan los productos (en esto difieren de los de segunda mano, que, al contrario, pueden encontrarse en cualquier estado). Vianney Vaute, Thibaud de Larauze e Quentin Le Brouster, los fundadores de Back Market, afirman que “Los resultados hasta el momento han sido muy positivos. Tenemos total confianza en que el reacondicionado es una alternativa real por tres motivos: ecología, garantía y precio […] Back Market se encuentra en el punto medio entre ecommerce y activismo. Combatimos las dudosas prácticas de fabricantes que tratan de acelerar el envejecimiento (ya sea real o percibido) de sus productos adelantando el ritmo de lanzamiento de nuevos modelos”.
Sin embargo, no ha sido todo fácil hasta ahora, sobre todo por que los consumidores muy a menudo no entienden que reacondicionado no tiene que ver solo con smartphone y tablet, sino con cualquier tipo de electrodoméstico, ya sea una nevera o un tostador. “A menudo a los productos reacondicionados no se le da visibilidad en la gran distribución o en las redes de segundamano, para no canibalizar el mercad de lo nuevo. Por eso, las personas tienden a percibir los productos reacondicionads como de baja calidad”. Pero la star up, con sus 40 mil clientes en constante aumento, 62 empresas integradas y 20 millones de facturado en 2016, no temen las dificultades iniciales y se preparan a lanzarse también afuera de los confines europeos.